S&P 500 4.463,12 |
NASDAQ 14.420,08 |
Dow Jones 34.754,93 |
EUR/USD 1,11 |
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5 días | +6,16% | +8,18% | +5,50% | -3,04% |
1 mes | +2,63% | +2,55% | +1,98% | -4,52% |
YTD | -6,36% | -11,19% | -4,36% | -3,90% |
Movimientos de la última semana
¡Hola, hola Ninety Niner 👋!
Esta ha sido la mejor semana en los mercados desde noviembre de 2020. Los principales índices mundiales rebotan alrededor de un 6% en la semana y cerca de un 10% desde los mínimos anuales registrados a comienzos de marzo.
La inestabilidad en la geopolítica mundial derivada de la invasión de Ucrania por parte de Rusia así como los temores a que los bancos centrales pudieran normalizar sus políticas más rápido de lo previsto habían estado detrás de las caídas en el arranque del año. Pues bien, ambos frentes parecen haberse despejado ligeramente esta semana. En primer lugar, Rusia y Ucrania han mantenido negociaciones para un alto el fuego que podrían estar cerca de materializarse, mientras que por otro lado la Reserva Federal subió los tipos de interés en 0.25% en lo que supone el inicio de una serie de subidas para tratar de poner coto a la inflación. Las previsiones del organismo están más o menos alineadas con lo que esperaba el mercado, lo que da cierta visibilidad y permite a los inversores posicionarse en consecuencia.
Todo con todo, seguimos en una situación delicada y que generará episodios de volatilidad. Desconocemos el impacto que puede tener la subida de la energía y las materias primas sobre economías tan expuestas como la europea o qué papel terminará jugando China en el conflicto, pero poco a poco las expectativas comienzan a mejorar. Este tipo de situaciones, en las que lo peor parece haber quedado atrás son los momentos en los que los mercados tienden a conseguir estabilizarse y mirar hacia adelante con cierto optimismo. Si a esto le sumamos el mal comportamiento reciente de las bolsas, podemos estar ante el inicio de un nuevo periodo alcista.
No han sido unos meses fáciles para los inversores en China. El gobierno local ha establecido una serie de medidas enfocadas a la búsqueda de lo que se ha venido a denominar “Prosperidad Común” o “Common Prosperity”.
Estas políticas buscan una mayor distribución de la riqueza, igualdad de oportunidades y un acceso más equitativo a bienes y servicios como la vivienda o la sanidad a través de una regulación más estricta de determinados sectores. En parte, la crisis en el promotor inmobiliario Evergrande, cerca de la bancarrota tras la falta de apoyo público para continuar con sus actividades, está causada por la voluntad del gobierno de limitar la especulación inmobiliaria. Otros sectores afectados han sido el de la educación on-line, que este verano vio prácticamente prohibido su negocio después de que se prohibiera el ánimo de lucro de las compañías del sector, se limitara el número de horas extraescolares ofertadas y se prohibiera la participación de capital extranjero.
Las grandes tecnológicas chinas, con plataformas tan potentes como Alibaba, Tencent o Meituan, también estuvieron bajo el foco de un regulador que exigía un reparto más equitativo de sus beneficios para ayudar a conseguir esa ansiada prosperidad común en lugar de quedarse en manos de sus multimillonarios dueños. Han sido recurrentes las noticias sobre limitaciones a las actividades de las compañías y sus modelos de negocio. Así, todas estas grandes compañías terminaron acordando realizar cuantiosas donaciones al gobierno orientadas a áreas como la educación, la investigación, las pequeñas y medianas empresas o la agricultura. Lógicamente, todo esto ha tenido un fuerte impacto en las cotizaciones de las acciones chinas. Dejando aparte el caso de la educación on-line, donde los principales players han perdido casi todo su valor en bolsa, otros grandes nombres han perdido entre el 50% y el 70% de su valor en los últimos doce meses. Un índice que sigue el comportamiento del sector tecnológico chino había acumulado una caída del 75% en el mismo periodo.
La intensidad de las caídas de estos valores se había incrementado, llegando a su máximo a finales de la pasada semana en medio de rumores de que la SEC, el regulador de los mercados en EE.UU, podría estar cerca de excluir de cotización algunas compañías chinas listadas en el país. Un episodio de pánico que provocó que el índice Hang Seng de China tocase niveles no vistos desde 2008.. Pero todo cambió el martes.
Una nota de prensa del gobierno de Xi Jinping anunciaba el compromiso del regulador del mercado local de fomentar la estabilidad en el mercado de capitales, apoyar las salidas a bolsa de compañías chinas en mercados extranjeros, aclarar los riesgos sobre las promotoras inmobiliarias y terminar lo antes posible la regulación que afecta a las grandes tecnológicas. Pese a la falta de medidas concretas, esto se ha considerado un paso muy importante para recuperar la maltrecha confianza de los inversores de todo el mundo en el país. Las bolsas reaccionaron con un fortísimo movimiento al alza, llevando a nombres como JD.com o Alibaba a subir más de un 35% o al índice Hang Seng a cerrar su mejor sesión desde 2008 con una subida del 12.5%. Quizá ahora sí sea el momento de volver a mirar a China.